Lagos, Nigeria
Tobi Eniolu Morakinyo, profesor asistente, explora el posible microclima de una parte de la nueva ciudad costera Eko Atlantic, una ciudad planificada al sur de la isla Victoria en el estado nigeriano de Lagos.

¿Por qué Lagos?
Además de ser el centro económico del continente africano, Nigeria es una de las ciudades con el crecimiento más rápido de África y la segunda megaciudad más poblada del continente. Al igual que muchas otras ciudades costeras, Lagos es muy vulnerable a las inundaciones y la erosión costera debido al aumento promedio del nivel del mar – que es una consecuencia del cambio climático.
Lagos también es susceptible a las altas temperaturas urbanas debido a su ubicación climática tropical. Por lo tanto, existe una clara necesidad de comprender mejor el calor urbano y el confort humano de ciudades como Lagos, para así informar mejor a sus estrategias de adaptación y mitigación.
Para enfrentar tanto el riesgo de inundación como los problemas del déficit de vivienda que actualmente enfrenta la ciudad se concibió la visión: Eko Atlantic City (EAC). EAC es un nuevo desarrollo de uso mixto que se construirá en terrenos ganados al mar con defensas efectivas contra inundaciones. EAC albergará al menos a 250,000 residentes una vez que esté terminado y contará con varios rascacielos en un área rellena de arena. El ambicioso proyecto pretende crear un nuevo centro financiero en África. Se crearán viviendas para unas 300.000 personas y se crearán 150.000 nuevos puestos de trabajo, aliviando la presión sobre la megaciudad de Lagos, que crece rápidamente.
Este estudio académico, desarrollado con nuestro software ENVI-met, se intenta dar un primer paso y responder preguntas clave relacionadas con el ambiente urbano y la planeación de EAC. Se analizan su posible impacto microclimático en el vecindario existente adyacente y las estrategias que podrían mejorar las condiciones microclimáticas de la nueva ciudad.
Resultados
La población de Nigeria no dejará de crecer en el corto plazo, y por ello, la explosión demográfica de Lagos podría llegar a unos 80 millones para el 2100 según las proyecciones. La proyección del clima del futuro ha sugerido que habría un aumento de temperatura con una mayor frecuencia e intensidad de temperaturas extremas, por ejemplo, olas de calor. Las ciudades tropicales densamente pobladas, de la magnitud de Lagos, tienen un alto riesgo de enfrentar elevadas temperaturas urbanas y, por lo tanto, requieren una mejor comprensión de la dinámica del riesgo y las acciones sostenibles necesarias para la mitigación y adaptación.
La planificación y el desarrollo urbano sensible al clima es la integración de estrategias a prueba del clima, e incluye por ejemplo, la planificación del uso del suelo, la inclusión de corredores verdes de viento, la implementación del diseño gris pasivo (por ejemplo, el diseño de la geometría urbana, la optimización de la morfología urbana) y la ecologización urbana estratégica en el proceso de desarrollo urbano para mitigar el intenso calor urbano mediante la reducción de la carga térmica y la mejora de la ventilación. La propuesta actual para este proyecto en Lagos no incluye estrategias específicas comprobadas y basadas en el clima en el marco de desarrollo o en las pautas de desarrollo, aun cuando ciertas acciones – como el proyecto del Parque de Lagos – estén contribuyendo a la adaptación al calor urbano. Hay varias oportunidades para mejorar la mitigación del calor urbano en toda la megaciudad.
Si bien existen desafíos en la renovación de las áreas existentes y ya desarrolladas, las verdaderas estrategias para proteger del clima a la ciudad a escala de edificio, vecindario y ciudad no deben descuidarse, sino incorporarse al proceso de desarrollo – desde la planificación hasta las fases de construcción. Los beneficios de tales acciones no solo se apreciarán localmente, sino que también se pueden expandir hacia el nuevo desarrollo, hacia dónde se dirige el viento.
Este estudio analiza el posible impacto microclimático de la transformación de una gran superficie del océano en un área edificada – tanto el impacto en el nuevo desarrollo como en el desarrollo existente, que es hacia dónde originalmente se dirige el viento. Un hallazgo particularmente clave de esta investigación es que con ENVI-met, se demostró que el nuevo desarrollo sería un nuevo desafío. Al reemplazar el océano con áreas construidas (alrededor del 50%), es decir cambiar la cobertura de agua a superficie edificada pavimentada, se empeorará tanto el microclima in situ, así como se alterará negativamente la ventilación (la dirección del viento) hacia el desarrollo existente. El resultado reveló que ambos desarrollos presentarían un incremento de temperaturas, tanto de día como de noche. También se demostró que, dependiendo de la estructura urbana y las características de diseño impuestas en el área recuperada, la intensidad del calor e incomodidad térmica diurnos y nocturnos varía.